Mide algo más de 10.000 kilómetros, y estaría situado alrededor del ecuador lunar. La energía recolectada se enviaría de vuelta a la Tierra por medio de láseres y microondas.
El concepto, increíblemente ambicioso, se llama Lunar Ring, de la firma japonesa Shimizu, y no es inviable. La energía se reuniría en una base lunar donde unas instalaciones conversoras transformarían la energía para poder ser transmitida a la Tierra, en forma de láser o microondas. Una vez transmitida a Tierra, la energía se transformaría de nuevo en eléctrica, por ejemplo.
La mayor parte de los materiales de construcción se extraerían de la propia Luna, de modo que los robots tienen trabajo para rato, si alguna vez se pone en práctica. No obstante, la energía se aprovecharía mucho mejor que en la Tierra, al no poseer atmósfera la Luna, además de poder estar funcionando constantemente, día y noche (no olvidemos que el cinturón solar envolvería a nuestro satélite completamente, por el ecuador).
Fuente: Gizmodo
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