Nadie morirá o será gravemente herido en un Volvo nuevo a partir de 2020. Esta es la afirmación que ha hecho Steven Armstrong, responsable de operaciones de la marca sueca durante una presentación del nuevo Volvo S60.
La marca se apoya en dos pilares fundamentales para hacer esa afirmación. En primer lugar la mejora de la protección en caso de impacto (seguridad pasiva), y en segundo lugar sistemas que eviten que ese accidente se produzca (seguridad activa). Es en la segunda parte de la ecuación donde Volvo está poniendo el acento.
En esta línea Volvo ha desarrollado dos sistemas que la marca ya está en condiciones de montar en sus vehículos de serie. Por un lado el sistema de detección de peatones para evitar atropellos y por otro lado el City Safety (el coche frena solo para evitar colisiones frontales).
En fase de desarrollo existen otros dos sistemas: un dispositivo que mediante GPS y red móvil GSM es capaz de ponerse en contacto con el resto de vehículos de la vía y literalmente “mirar al otro lado de la esquina“; y el otro es un sistema bastante más ambicioso, mediante el cual, basándose en el control de crucero adaptativo, varios vehículos serán capaces de circular formando un “tren de carretera“ sin necesidad de la intervención del conductor.
No cabe duda de que Volvo ha liderado (en 1959 inventó el cinturón de seguridad de 3 puntos) y lo sigue haciendo la investigación y el desarrollo de sistemas de seguridad que han dado sus frutos, pero creo que una afirmación tan tajante es demasiado osada.
Fuente: Motorpasión
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